Las heladas son una de las principales amenazas para los cultivos, ya que pueden causar daños severos en las plantas y afectar su producción. En España, los inviernos se han vuelto más cortos y suaves, pero los episodios de heladas, especialmente en primavera, son cada vez más frecuentes. Por ello, es fundamental conocer los mecanismos de defensa de las plantas contra el frío y las estrategias para minimizar sus efectos.
¿Por qué las heladas afectan a los cultivos?

Las bajas temperaturas son un factor de estrés abiotico que puede causar pérdidas significativas en la agricultura ya que pueden dañar tanto a la planta en sí como a las partes productivas de las mismas.
En España, los inviernos están evolucionando a lo largo de los últimos años en estaciones más cortas y suaves. Sin embargo, los episodios de heladas son más frecuentes, sobre todo, durante la primavera.
Muchas especies vegetales en climas templados como el mediterráneo han perdido parte de su capacidad natural de resistencia al frío, lo que las hace más vulnerables a las heladas. Y cuando la temperatura baja bruscamente, las células vegetales pueden dañarse debido a la congelación del agua en su interior, lo que provoca la rotura de membranas y tejidos.
La importancia de la ósmosis en la resistencia al frío
La herramienta clave que poseen las plantas para combatir situaciones de estrés, como la sequía, el calor intenso o las heladas, es la ósmosis. Este proceso permite la regulación de sustancias como aminoácidos, nutrientes y osmolitos a través de la pared celular, sin requerir gasto energético.
Cuando una planta se enfrenta a un episodio de helada, su sistema de defensa reacciona de la siguiente manera: detiene el crecimiento, cierra los estomas para evitar la pérdida de agua y reduce la fotosíntesis para minimizar el consumo de energía.
El papel de los osmolitos en la protección celular
Los osmolitos son pequeñas moléculas que regulan la presión osmótica y estabilizan las estructuras celulares. Algunos de los principales osmolitos involucrados en la defensa contra las heladas son: la glicina-betaína, la prolina, el manitol y los azúcares solubles.
Cuando la temperatura desciende, estos compuestos se acumulan dentro de la célula para reducir el punto de congelación del agua y evitar daños en la estructura celular. Si el frío persiste, los osmolitos también se desplazan al espacio intercelular para proteger las membranas y tejidos de la formación de cristales de hielo.
¿Cómo prevenir el daño por heladas en los cultivos?
Además de los mecanismos naturales de las plantas, existen estrategias agronómicas para reducir el impacto de las heladas:
- Uso de cubiertas vegetales y ventiladores: Protegen las plantas del contacto directo con el frío.
- Riego por aspersión antes de la helada: Permite al cultivo resistir temperaturas más bajas durante más tiempo.
- Aplicación de bioestimulantes y osmolitos exógenos: Favorecen la resistencia celular y evitan el estrés extremo.
- Elección de variedades más resistentes al frío: Algunas especies tienen mayor capacidad de adaptación.
Aplicación de osmolitos para fortalecer las plantas
La aplicación exógena de osmolitos antes de los episodios de heladas puede mejorar la resistencia de las plantas, permitiendo que mantengan sus procesos vitales activos sin comprometer la producción. Un ejemplo de este tipo de soluciones es Stilo® Hydro, un formulado con altos niveles de glicina-betaína y prolina, que ayuda a las plantas a enfrentar condiciones de estrés térmico sin afectar su rendimiento.
Las heladas representan un desafío importante para la agricultura, pero comprender los mecanismos de defensa de las plantas y aplicar estrategias preventivas puede marcar la diferencia en la supervivencia y productividad de los cultivos. Implementar soluciones basadas en la aplicación exógena de osmolitos antes de la aparición de situaciones de estrés, permite mitigar el impacto del frío puesto que ayuda a mantener procesos vitales sin sobresaltos y sin perjuicio de la calidad y cantidad de la cosecha.