El cultivo de la fresa: máxima rentabilidad desde el inicio

Cuando hablamos del cultivo de la fresa en Europa, España ocupa un papel más que relevante. De hecho el 26% del total de la producción europea procede de nuestro país y Andalucía destaca como región líder con el 96% del total. Por ello, es importante saber cómo cultivarla y protegerla para conseguir una cosecha de gran cantidad y calidad.

La producción de la fresa posee una gran implicación social, ya que genera multitud de empleos directos (técnicos y jornaleros), así como indirectos. En este segundo caso se engloba la mano de obra, transportistas, empresas de embalaje y de agroquímicos, etc.

Su cultivo se debe desarrollar siempre en una zona excepcional con una gran riqueza y diversidad ambiental. En condiciones muy restrictivas de producción en lo referente a fertilización, manejo de los riegos y control de plagas. La fresa se trasplanta y desarrolla en suelos arenosos, cuya capacidad de retención tanto de agua como de nutrientes es prácticamente nula. O lo que es lo mismo, la función del suelo es prácticamente de sustento.

Qué nutrientes necesita el cultivo de fresa

La fresa es un cultivo muy demandante de nutrientes para una producción de 50-60 toneladas por hectárea (497g/planta) con unas necesidades de 150-350 KgN/ha, 50-200 kg P2O5/ha y 200-400 kg K2O/ha.

Aproximadamente el 50% de las necesidades nutritivas del cultivo corresponden a los frutos. La nutrición en el cultivo de la fresa se realiza principalmente mediante fertiirrigación, por lo que el abonado debe comenzar aproximadamente entre 20 y 25 días después del trasplante; una vez establecido el cultivo en el terreno.

La fresa absorbe 1,1 kg N por día y hectárea cuando la planta está comenzando a desarrollarse. Esos primeros días la planta crece a partir de las sustancias de reservas que contiene del vivero, siendo esta todavía muy débil, con escasa o nula masa foliar y radicular. Por eso, es importantísimo hacer aportaciones periódicas de nutrientes que pasen directamente a la savia elaborada para cubrir las necesidades de la planta en momento de alta demanda.

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Otros aportes interesantes

También realizar aportaciones de aminoácidos que estimulen el crecimiento de estas e incluso fitohormonas vegetales. Así, la planta no consume ni nutrientes ni energía de sus reservas y además, conseguiremos un mayor numero de plantas viables después del trasplante y un mejor desarrollo vegetativo en menos tiempo.

Desde SipcamContigo os recomendamos la aplicación de Sipfol Max en estos momentos tan críticos para la planta. Se trata de un bioestimulante diseñado para su uso en los inicios del cultivo. Un producto cuya formulación pasa directamente a la savia elaborada ahorrando energía a la planta y que contiene nutrientes como son nitrógeno, magnesio, boro, cobre, hierro, manganeso y zinc. Además, está diseñado con un aminograma específico para el desarrollo de la planta.

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