ECONOMIA
Más de 20.000 hectáreas

Una plaga 'bíblica' de langostas arrasa los cultivos de Badajoz

Actualizado

Más de 20.000 hectáreas ya están afectadas en la comarca de La Serena por la presencia masiva de insectos que devora a su paso las cosechas de guisantes y cereal, plantas y árboles frutales

Las langostas devoran todos los cultivos a su paso
Las langostas devoran todos los cultivos a su pasoCanal Extremadura

La presencia masiva de langostas en las últimas fechas está produciendo cuantiosos daños en los cultivos y en la ganadería de la comarca de La Serena (Badajoz), zona donde ha cundido el desasosiego y la incertidumbre entre los agricultores y ganaderos, quienes aseguran que no han visto jamás nada igual. "Es una plaga bíblica", asegura Juan Carlos Balmaseda, presidente de la cooperativa Alanser, en Cabeza del Buey, una de las zonas más afectadas.

El destrozo absoluto -ya más de 20.000 hectáreas- lo está realizando desde hace algo más de dos semanas la denominada 'langosta marroquí', una especie que se dedica a devorar cosechas (en este caso la de guisantes y cereal que se están cultivando en la actualidad en la comarca de la Serena), además de cualquier tipo de plantas y hasta árboles frutales, es decir, todo lo que se encuentra a su paso al encontrarse. Según los expertos, se encuentra en estos momentos en la denominada 'etapa solitaria', es decir que sale a comer todo lo que se encuentra a su paso. No sólo es que termine con las siembras, en este caso de cereal u olivar, sino que además deja sin alimentos al ganado, aunque a los animales no ataca directamente porque se dedica a comer todo lo que tenga hierba y hoja.

La propagación tan intensa este año de esta plaga, ya presente en anteriores campañas aunque no de manera tan generalizada, según precisa Balmaseda, se debe al aumento de las temperaturas que se ha producido en las últimas fechas, coincidiendo con el periodo de sequía, aunque hay que tener en cuenta que para que la reproducción del insecto sea masiva necesita encontrar zonas húmedas en las proximidades, como ocurre en esta caso con los embalses de La Serena y el Zújar.

El problema se ha detectado, sobre todo, en las localidades de Cabeza del Buey, Zarza Capilla, Peñalsordo y parte de Castuera, "donde vas por el coche por la carretera de la Golondrina -específica- y se te estrellan en los cristales y los limpiaparabrisas una multitud de ellos". Como si estuvieran en una película de terror, que de momento no tiene solución: "Estamos completamente abandonados en esta zona de Extremadura, no existimos para los políticos", denuncia, "y esto es el resultado de este abandono histórico".

Así, especifica que han dado la voz de alarma a los agentes forestales "pero no hacen nada porque estamos en una zona ZEPA y no se puede intervenir porque dicen que hay que guardar las langostas para las aves esteparias". Mientras tanto, "se están comiendo los alimentos de los animales y luego hay que echarles pienso, al precio que está. Pedimos a la Junta de Extremadura que tome de una vez alguna solución", agrega el también presidente del sector del ovino de Cooperativas Agroalimentarias de Extremadura. "La única solución es realizar un tratamiento aéreo debido a la gran extensión que ya tiene la plaga, más de 20.000 hectáreas y camino de las 30.000, vamos como una cuarta parte de la región de Madrid, porque los agricultores y ganaderos, a pie, sobre el terreno ya no podemos hacer nada".

La campaña en tierra, "que ya no solucionaría nada", contiene dos trabajos diferenciados, el de la prospección y los tratamientos. Durante la prospección, los equipos de campo localizan focos y los califican en función de la densidad de plaga. Durante el periodo reproductivo de estos insectos, se señalan los rodales donde aparecen las concentraciones de langosta realizando la puesta y facilitando así el trabajo del año siguiente. "Pero esto ya no daría ninguna solución porque se ha disparado todo".

TRATAMIENTO AÉREO

Con avionetas-describe- sí se podrían lanzar tratamientos de plaguicidas para aliviar la situación, "pero la Junta se niega al tratarse de zonas protegidas medioambientalmente, una reserva natural, así que no sabemos cómo puede acabar esto, de momento las pérdidas son millonarias porque se están comiendo pastos y cosechas enteras así como los pastos y hasta los árboles frutales de los huertos. Una ruina", describe.

De esta manera, los agricultores y ganaderos de la comarca de La Serena piden que se utilicen los métodos que sí se empleaban y autorizaban antes para combatir a estos insectos pero que se prohibieron al incluirse en los terrenos afectados un número importante de explotaciones ecológicas, que están especialmente protegidas. "Estamos en la más absoluta indefensión", critica Juan Carlos Balmaseda, que también se queja de la falta de compromiso y respaldo de los alcaldes de las localidades afectadas. "Hasta el momento nadie se ha movido y sólo pedimos que nos hagan caso porque la situación es muy difícil". Además, se une que es la segunda plaga que padecen en los últimos tiempos porque también aparecieron hace aproximadamente un mes los gorriones africanos, que se dedican a comer los granos de la cosecha, "pero tampoco los podemos ni tocar porque nos multan".

Según los informes del propio Ministerio de Agricultura, la comarca de la Serena posee de forma habitual desde hace décadas la mayor concentración de langosta marroquí de todo el territorio español, junto a la de 'Los Llanos' de Cáceres.

Según los estudios de la propia Junta de Extremadura, la langosta mediterránea o marroquí (Dociostaurus maroccanus) es un ortóptero que "puede causar daños muy graves en la agricultura, en especial cuando sufre el fenómeno conocido como gregarización, donde desplazándose decenas de kilómetros "podría arrasar cosechas en lugares muy alejados de su lugar de avivamiento". Durante la fase solitaria también supone un cierto riesgo, en este caso local, para los pastos y cultivos de los territorios donde se localizan sus hábitats permanentes, que en Extremadura son las comarcas de La Serena y los Llanos de Cáceres, Trujillo y Brozas, suponiendo unas 400.000 hectáreas potenciales.

De esta manera, el pasado 5 mayo, la administración regional publicó la orden por las que establecía las normas de control contra la langosta mediterránea para la campaña 2022. En la misma, asegura que son los propietarios, tanto públicos como privados, o los arrendatarios de los terrenos los responsables de luchar contra la langosta, aunque especifica que la Dirección General de Agricultura y Ganadería "podría realizar una campaña aérea en aquellas superficies donde la langosta alcance los niveles que la hagan un peligro potencial y no haya sido controlada por medios terrestres, previo informe de la Dirección General de Sostenibilidad de la Consejería para la Transición Ecológica y Sostenibilidad".

Conforme a los criterios deThe Trust Project

Saber más
LOS ESCENARIOSUna gran fiesta de verano con teatro clásico
ExtremaduraEl nuevo nombre de la fusión de Don Benito y Villanueva: Concordia del Guadiana o Mestas del Guadiana
ExtremaduraManifestación de apoyo en Plasencia a un condenado por abuso sexual