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Un 80% menos de agua en los cultivos mundiales ¿eso no es un problema?
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Un 80% menos de agua en los cultivos mundiales ¿eso no es un problema?

Hay dos tipos de agua clave: la verde y la azul. La primera absorbe el suelo agrícola gracias a las lluvias y permite que las plantas crezcan, pero cada día es un recurso más escaso

Foto: Cada vez va a haber menos humedad en el suelo de los cultivos. (iStock)
Cada vez va a haber menos humedad en el suelo de los cultivos. (iStock)

El agua es el bien más preciado de nuestro planeta. Prácticamente, todas las formas de vida de este planeta dependen de ella. La buena noticia es que se trata de una constante: hay prácticamente la misma cantidad de moléculas de H₂O en nuestro planeta que hace 20.000 años. La mala noticia es que no está donde a nosotros (ni a muchas especies animales y vegetales) nos interesa.

Dependemos de los recursos hídricos, no solo para beber, sino para limpiarnos, hacer que funcionen industrias y, sobre todo, para generar alimento. Tanto la agricultura como la ganadería necesitan un suministro constante de agua y su escasez puede acabar con sectores enteros. Ahora, un nuevo estudio publicado en la revista 'Earth's Future' ha examinado qué cantidad exacta de este líquido necesita el sector de la agricultura tanto hoy en día como en el futuro, según las predicciones de desarrollo agrícola. Y los resultados no son positivos.

"Dado que la agricultura es el sector que utiliza una mayor cantidad de agua, la producción agrícola se enfrenta a desafíos sin precedentes"

Los investigadores explican que para elaborar su modelo predictivo, separaron el aporte hídrico en dos fuentes principales. La primera, 'el agua verde', es la que proviene de las lluvias y de la humedad del suelo. La segunda es llamada 'agua azul', y es la que se extrae de ríos, canales, embalses, pantanos y acuíferos. Como explica el autor principal del estudio, Xingcai Liu, profesor de la Academia Nacional de las Ciencias de China (el equivalente a nuestro CSIC), "dado que la agricultura es el sector que utiliza una mayor cantidad de agua, tanto azul como verde, la producción agrícola se enfrenta a desafíos sin precedentes en el futuro cercano".

En los últimos 100 años la demanda mundial de agua ha crecido a un ritmo un 100% mayor que la población (y debemos tener en cuenta que, según datos del Banco Mundial, en los últimos 100 años ha pasado de haber 1.800 millones de personas en el planeta a 7.700 millones). Del mismo modo, también ha aumentado la escasez de este recurso. Según datos de la Organización Meteorológica Mundial, en su informe 'Estado de los servicios climáticos en 2021: agua', explicaba que, a nivel global, 3.600 millones de personas en este planeta no tienen un acceso adecuado a este recurso básico, y esa cifra no para de aumentar.

placeholder Las lluvias, si son torrenciales, no son tan efectivas para la agricultura. (iStock)
Las lluvias, si son torrenciales, no son tan efectivas para la agricultura. (iStock)

El último estudio de la Academia Nacional de las Ciencias de China es pionero en su campo porque da datos reales sobre el 'agua verde', la que proviene de las precipitaciones y, en vez de acabar en ríos, lagos, embalses y acuíferos, simplemente 'humedece' el suelo; no se puede extraer para otros usos. Pero esta es, sin lugar a dudas, la más importante para la agricultura, dado que es la que utilizan las plantas para crecer y sobrevivir (y, en última estancia, para que nosotros nos alimentemos de ellas).

Según explican los investigadores, el agua de las lluvias es muy importante pero, al mismo tiempo, delicadísima. Esto se debe a que, según comentan, hay dos factores clave que afectan a la disminución de este recurso. El primero es la reducción física, ya sea por el vertido a masas de agua dulce (como ríos o ramblas) o por la simple evaporación de la humedad adquirida por el suelo. El segundo es el diferente tipo de prácticas agrícolas que se pueden llevar a cabo, más o menos sostenibles.

placeholder Los embalses españoles siguen en una situación comprometida. (EFE/Brais Lorenzo)
Los embalses españoles siguen en una situación comprometida. (EFE/Brais Lorenzo)

Ahora, comentan los autores del estudio, por desgracia, un factor más se ha sumado a la ecuación: "el cambio climático". Según vayan cambiando los patrones de temperaturas y lluvias, al mismo tiempo que se intensifiquen las prácticas agrícolas como respuesta al aumento de la población, "la cantidad de agua verde de la que vamos a disponer también va a variar", explican. Según los investigadores, la escasez hídrica empeorará en el 84% de los cultivos mundiales, lo que pondrá en un serio riesgo al 60% de esas explotaciones agrícolas.

Uno de los principales problemas a los que nos enfrentamos no es que llueva menos, sino que llueva peor. Como explicaba a Planeta A el portavoz de la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET), Rubén del Campo, "Los periodos de escasez de lluvias son cada vez más largos, manifestándose con mayor frecuencia e intensidad". Esto, dicho de otro modo, significa que llueve, al cabo el año, una cantidad normal de agua, pero que en vez de hacerlo a un ritmo normal, lo hace de golpe, con grandes espacios de tiempo entre una precipitación y otra. Al menos, esa es la tónica que se va acentuando año a año.

Foto: El déficit hídrico va a aumentar a pesar de las lluvias. EFE A. Morell

Eso significa que parte del agua que caía antes y que tenía tiempo de filtrarse al subsuelo, ahora se 'escurre' hacia ríos y embalses (como es el caso de Doñana, las malas lluvias tampoco ayudan a restaurar los niveles normales de los acuíferos). La parte buena, desde un punto de vista inmediato, es que esa agua no se pierde. Aunque a día de hoy los niveles de los embalses españoles, sobre todo en el sur y el sureste peninsular, siguen por debajo de sus valores normales, la situación de sequía que tanto nos preocupaba a principios y mediados del mes de febrero ha sido reducida (aunque estamos peor que en los últimos 4 años). Pero eso no significa que los niveles de agua 'verde' de la que dependen los cultivos de secano que tantas hectáreas ocupan en nuestro país (y en el mundo), estén bien. Su situación es más comprometida, año a año y, según todos los modelos científicos, esto solo se va a acentuar en el futuro.

El agua es el bien más preciado de nuestro planeta. Prácticamente, todas las formas de vida de este planeta dependen de ella. La buena noticia es que se trata de una constante: hay prácticamente la misma cantidad de moléculas de H₂O en nuestro planeta que hace 20.000 años. La mala noticia es que no está donde a nosotros (ni a muchas especies animales y vegetales) nos interesa.

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