El ajo Allium sativum L. es una especie familia de las liliáceas. Al igual que otras hortalizas como la cebolla o el puerro, este cultivo es de gran importancia económica, no solo en España, sino en todo el mundo dónde es muy cultivado y consumido. De origen asiático, su nombre vulgar es ajo común o ajo de huerta y desde su nascencia podemos encontrar soluciones para las posibles deficiencias nutricionales y la aparición de plagas del ajo.
España, potencia productora
El cultivo del ajo ocupa un papel relevante en prácticamente todas las gastronomías del mundo y se considera una de las hortalizas más importantes del planeta. En concreto, en España, la comunidad autónoma de Castilla-La Mancha es la que ocupa el primer lugar en la superficie cultivada con 18.632 ha, lo que significa el 70% del total de producción, alcanzando las 156.538 toneladas.
Se cultiva principalmente en las provincias de Albacete (8.500 h), Ciudad Real (5.100 ha) y Cuenca (4.600 ha). Y destaca la variedad de ajo morado de las Pedroñeras, cuyas características organolépticas hacen que esté protegida bajo Indicación Geográfica Protegida (IGP Ajo Morado de las Pedroñeras), calidad agroalimentaria reconocida por la Unión Europea.
También hay otras zonas importantes para su producción como son Córdoba con unas 2000 ha de cultivo y otras regiones como Valladolid y Madrid. Esto se debe a las características de altitud, riego y condiciones agroclimáticas favorables.
Qué influye en la nascencia del ajo
Normalmente en la zona de cultivo, el ajo va preferiblemente en rotación detrás de un cereal de invierno como el trigo o la cebada. A veces también va detrás de un barbecho de girasol. La típica rotación que se da en la zona de cultivo es: cereal-girasol-cereal-ajos.
Entre los factores que influyen en la nascencia del ajo, se encuentran que el suelo esté bien preparado y abonado, y que esté libre de plagas de suelo que puedan afectar a la merma de planta.
Uno de los elementos que influyen de manera considerable en la nascencia del ajo es el fósforo. El fósforo influye en la formación de raíces, lo que le convierte en fundamental en las primeras fases de desarrollo de la planta.
También es muy importante que el sistema radicular esté protegido del ataque de los insectos de suelo. Éstos pueden hacer que tengamos marras (fallos) considerables en la nascencia afectándonos en la producción final de la cosecha.
Las plagas del ajo
Entre las principales plagas que nos podemos encontrar en las primeras fases del ciclo del cultivo del ajo están los gusanos, principalmente los gusanos de alambre (Agriotes sp.) que son los que más pueden afectar al cultivo ya que en otoño tienden a subir a las capas de suelo más altas. Es en estos momentos en los que se incrementa los riesgos de ataque. Las larvas suelen permanecer en el suelo varios años hasta completar su desarrollo.
Los ataques en plantas desarrolladas provocan amarilleamiento, marchitez, desecación e incluso muerte de plántulas debido a la destrucción del sistema radicular. Además, las heridas producidas en las raíces también pueden ser vía de entrada de enfermedades.
Los otoños suaves y las rotaciones con cultivos como el girasol y cereal son factores que pueden influir para que tengamos presencia de este insecto.
Insecticidas como Trika Lambda 2 garantizan el control de las plagas de suelo que atacan al cultivo del ajo en los primeros estadíos. Formulado como microgránulo, está compuesto por Lambda Cihalotrin al 24%, fijado en una base órgano-mineral que contiene nitrógeno, fósforo totalmente asimilable por la planta y materia orgánica que favorece un mayor desarrollo del sistema radicular. Obteniéndose una mejor implantación del cultivo en su fase inicial y un mayor número de plantas viables.
Aplicando Trika Lambda 2 durante la siembra conseguimos obtener los dos factores fundamentales para tener una excelente nascencia e implantación del cultivo: protección contra las principales plagas y fertilizante que favorece el desarrollo radicular y la nascencia del cultivo.
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