La climatología favorable, con temperaturas de 24°C y humedades relativas medias, ha incrementado el desarrollo de las poblaciones de pulgón (Aphis gossypii) en los cultivos protegidos de cucurbitáceas de la provincia de Almería, sobre todo pepino y calabacín.

Para un buen control del pulgón, la Delegación Territorial de Almería de la Consejería de Agricultura andaluza recomienda el manejo de bankers, para lo que se puede consultar la Guía de manejo de plantas refugio para el control de pulgón en los cultivos hortícolas protegidos.

Los daños de esta plaga pueden ser directos e indirectos. Los primeros se producen cuando los adultos y las ninfas extraen la savia elaborada y provocan el debilitamiento generalizado de la planta, con un retraso en el crecimiento y el amarilleamiento de las hojas. Además, durante la alimentación, los pulgones inyectan una saliva que contiene sustancias tóxicas, lo que ocasiona deformaciones de hojas, como enrollamiento y curvaturas. Los daños indirectos se deben al papel de la plaga como transmisor de virus.

Entre las medidas culturales y preventivas, se recomienda colocar mallas en los invernaderos, de al menos 10x20 hilos/cm2, en las aberturas laterales, cenitales y puertas, y vigilar y controlar estado de las mismas, sobre todo las que coinciden con la dirección de los vientos dominantes; colocar en las entradas doble puerta, o puerta y malla de igual densidad a la exterior; vigilar que no haya roturas en los plásticos; eliminar las malas hierbas y restos de cultivos, ya que pueden actuar como reservorio de la plaga; utilizar material vegetal sano procedente de viveros o semilleros autorizados (el Pasaporte Fitosanitario debe conservarse durante un año); usar trampas cromotrópicas adhesivas amarillas desde el inicio del cultivo; no asociar cultivos en la misma parcela; no abandonar cultivos al final del ciclo; distanciar en el tiempo la realización de una nueva plantación; abonar de forma equilibrada para impedir el exceso de vigor y evitar el exceso de abono nitrogenado; realizar rotaciones de cultivos; si se desea aplicar estiércol, asegurarse de que está bien fermentado y exento de plagas; favorecer la proliferación de poblaciones de enemigos naturales; racionalizar el uso de productos fitosanitarios; retirar y destruir los restos de poda.

En fincas con antecedentes, se aconseja tratar con plaguicidas compatibles con los organismos de control biológico antes de las sueltas. Asimismo, se deberá vigilar la aparición de nuevos focos donde reforzar la presencia de los enemigos naturales específicos de los pulgones, como los parasitoides del género Aphidius (A. colemani) y los depredadores  Chrysoperla carnae y Chrysopa formosa, además de coleópteros coccinélidos (Coccinella septempuntata), larvas de dípteros y varios himenópteros. También se puede utilizar el hongo entomopatógeno  Verticillium lecanii.

Si los focos aumentan de tamaño, se puede intervenir, bajo criterio técnico, con insecticidas químicos respetuosos con los enemigos naturales, y reforzar posteriormente el control biológico con nuevas sueltas.