La Asociación Valenciana de Agricultores (AVA-ASAJA) estima que la producción autonómica de arroz experimentará un descenso del 10% -situándose en torno a las 110.000 toneladas- por la multiplicación “sin precedentes” de las malas hierbas, los ataques de fauna salvaje (los flamencos se unen a las especies de avifauna que ya venían causando daños en el arrozal) y las enfermedades endémicas, como el hongo pyricularia oryzae. La variedad Bomba es la más afectada.

AVA-ASAJA achaca la presencia récord de malas hierbas, especialmente el serreig (Echinochloa), a la supresión de materias activas fitosanitarias y a la imposibilidad de emplear los herbicidas alternativos autorizados por las condiciones particulares de los dos parques naturales valencianos (La marjal de Pego-Oliva y L’Albufera), donde se inundan los campos por decantación a diferencia de otras regiones productoras.

Según el responsable de la sectorial del arroz de AVA-ASAJA, José Pascual Fortea, “muchos agricultores solo han podido tratar de minimizar el impacto de las malas hierbas contratando trabajadores para arrancar manualmente la maleza. Esta práctica, además de disparar los costes de producción a unos niveles insostenibles en términos de viabilidad, no impedirá que, cuando llegue la inundación invernal, se dispersen las semillas que han quedado en el suelo a los campos del alrededor, con lo cual el año que viene habrá más malas hierbas”.

El representante de AVA-ASAJA lamenta que “las administraciones, que han sido las causantes del problema por dejarnos sin soluciones contra las malas hierbas, ni siquiera han atendido nuestras reivindicaciones para, al menos, fanguear (mezclar las plantas con la tierra) las explotaciones que sufren un exceso de malas hierbas a fin de detener la dispersión de semillas de cara al año que viene”.

La organización agraria también reclama a la clase política “investigar y poner a disposición del sector un número suficiente de herramientas para controlar las malas hierbas de una manera segura, barata y respetuosa con el medioambiente; así como revisar los acuerdos comerciales suscritos con países terceros con el objeto de exigir reciprocidad en las condiciones de producción. Retirarnos a los arroceros de aquí productos fitosanitarios y, a la vez, fomentar la entrada masiva de arroz foráneo que sigue usando esas sustancias prohibidas en la UE supone una competencia desleal que arruina al productor, un fraude sanitario al consumidor y un daño al medio ambiente”.

Los casos de poblaciones de malas hierbas resistentes a herbicidas es una de las principales dificultades que afronta el sector arrocero nacional, como se puso de manifiesto en el Phytoma Meet dedicado a este problema fitosanitario.

Para Fortea, “los arroceros valencianos vamos a sufrir una caída muy dura de nuestra rentabilidad, tanto por el incremento de los costes de producción, que en algunos casos van a doblarse o triplicarse en mano de obra, como por la merma de producción cosechada. En los próximos años, además, la reforma de la PAC aplicará un hachazo a las ayudas al arroz, unas ayudas absolutamente necesarias para equilibrar las cuentas porque solo con los precios que recibimos el cultivo no sería rentable. En este sentido, o suben los precios a pie de campo o veremos en pocos años muchos arrozales sin cultivar”.

AVA-ASAJA también prevé una sensible disminución de cosecha de arroz a nivel nacional a causa de la sequía en Andalucía y Extremadura y a las intensas lluvias en el Delta del Ebro, en Tarragona.