Las lluvias en Canarias alivian costes a la agricultura tras la dura sequía: “Es un regalo de Reyes por adelantado”

Finca de Rafael Hernández tras las lluvias.

Jennifer Jiménez

Las Palmas de Gran Canaria —

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El temporal que afectó a Canarias el pasado fin de semana generó problemas en infraestructuras, carreteras, cortes de luz, dejó al pueblo de La Aldea (Gran Canaria) aún más aislado y sin agua de abasto. También ocasionó un caos en los aeropuertos, con 540 cancelaciones y 52 desvíos. Sin embargo, también ha traído una cara más amable; la garantía de que la agricultura podrá contar con agua suficiente tras una sequía que se prolongaba ya demasiado tiempo. Para Juan Hernández, agricultor grancanario, supone un “regalo de Reyes por adelantado”. “En mi finca (Tafira, Gran Canaria) tenemos un medidor y hemos contabilizado hasta 210 litros de agua por metro cuadrado, una barbaridad”, añade. El Cabildo de esa isla ha asegurado que el agua recogida en las presas públicas y privadas garantizan los cultivos hasta 2024. La tormenta también dejó llenas las charcas, como la de las Dunas de Maspalomas, regenerándola de vida. 

La Agencia Estatal de Meteorología (AEMET) ha asegurado que las lluvias descargadas han convertido a este mes de septiembre en el más lluvioso en varias islas de Canarias desde que hay registros, con puntos donde se superaron los 130 litros por metro cuadrado. El dato positivo es que la lluvia fue continuada y sin apenas presencia de viento. “Lo bueno es que no ha venido con vientos ni granizadas, con lo cual, daño no ha hecho. A mí, en algunos casos algunas papas me las arrancó de tanta agua que tenía el suelo y no soportaba más”, subraya Juan Hernández, que agrega que “si contabilizamos beneficios y daños, los daños son mínimos”. 

El Archipiélago venía sufriendo las consecuencias de la sequía. Este pasado verano, las precipitaciones estaban un 37% por debajo de la media, lo que había provocado incertidumbre en el sector primario. El agua, explican los agricultores, ya suponía un coste de entre 0,80 céntimos y un euro el litro, cuando lo normal es que no se superen los 0,60 céntimos. Se trata de una situación que resultaba “inviable”, ya que la mayoría de los agricultores riegan con aguas de procedencia privada y desaladas, por lo que los costes se estaban disparando. Muchos son los trabajadores agrícolas que ansiaban este momento, unas jornadas de lluvias intensas para poder empezar a plantar. 

3 millones de metros cúbicos de agua para los agricultores

El Cabildo de Gran Canaria (la isla más afectada por Hermine) ha explicado que los embalses privados han recogido 1.970.440 metros cúbicos, un 8% del volumen total y los públicos 741.772 metros cúbicos, un 3% de incremento del volumen total. De esta manera, se ha producido una subida del 39% con respecto al agua disponible antes de la tormenta. Pero sigue lloviendo, con lo que se espera cerrar con tres millones de metros cúbicos de agua para los agricultores. 

“El agua recorrida por los embalses es la mejor noticia del año. Es el primer mes de septiembre de la historia que se produce una lluvia con tal cantidad de agua coincidiendo con sequía prolongada y presas bajo mínimos”, celebraba este martes el presidente de la Corporación Insular, Antonio Morales. En estos momentos, Gran Canaria dispone de 12 hectómetros cúbicos de agua almacenada, lo que supera los 11 hectómetros cúbicos de consumo anual previsto en su Plan Hidrológico. 

Hasta tres semanas sin tener que regar

Para Rafael Hernández, presidente de la Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (COAG) la noticia de las lluvias es “magnífica, por varias razones”, entre ellas cita el contexto del que veníamos “de escasez y falta de recursos”. “Había zonas donde quedaba muy poca agua y se estaba racionalizando”, añade. Valora que “ha sido una lluvia continuada y serena, por lo que se ha infiltrado en la tierra, lo que permitirá que no haya que regar en las próximas semanas”. El agua ha permitido recargar acuíferos, embalses, presas y por ello insiste en que “es una bendición del cielo”. 

El presidente de COAG destaca que el hecho de que el agua haya calado de esa forma en la tierra “es positivo” tanto para quien acababa de plantar como para quien pensaba hacerlo posteriormente. Explica que, detrás del coste laboral, el principal coste al que se enfrentan los agricultores es el agua “¿qué duda cabe de que ha sido muy importante?”, se pregunta y añade que el ahorro ha sido además de energía, por lo que el sector se encuentra muy agradecido. 

Por su parte, el agricultor Juan Hernández recuerda que ahora vendrán meses de mayor tranquilidad, porque “si no lloviese más, ahora mismo los cultivos no necesitan agua hasta dentro de 15 o 20 días”. Señala que, si normalmente riega dos veces por semana, en su caso se está ahorrando hasta tres semanas de regadío. “Mires por donde lo mires los beneficios son muchos y más en estos tiempos”, asegura el agricultor. 

Otras islas también han contabilizado importantes registros. En solo 24 horas, la lluvia dejó el pasado domingo hasta 165 litros de lluvia por metro cuadrado en algunos puntos como San Andrés y Sauces, en La Palma, que acumula los mayores datos. Según anunció la Aemet, en el Observatorio de Izaña (situado en la cumbre de Tenerife y que tiene un histórico de más de 100 años de registros) se han recogido durante este episodio 110 litros por metro cuadrado, multiplicando por nueve las precipitaciones normales de un mes de septiembre completo.

Pero si hay una isla donde el agua ha sido especialmente bien recibida es Fuerteventura. Por sus características es generalmente árida. El Cabildo anunciaba esta semana que el paso de Hermine ha permitido nutrir su acuífero y que se trata de una lluvia que beneficiará el futuro del campo insular tras años de sequía. El presidente de la corporación, Sergio Lloret, destacó que las infraestructuras realizadas en El Cuchillete cumplieron su función y que un “volumen importante del agua vertida por la tormenta, así como los materiales que ésta arrastraba por el Barranco de Gran Tarajal” fueron retenidos por estas instalaciones. Se trata de una zona que, según detalla el Plan Hidrológico Insular, comprende la mayor cuenca de la isla con más de 12.000 hectáreas de terreno.

Los problemas no se acaban, pero el agua alivia

El agricultor grancanario Juan Hernández, que ya ha vivido varias crisis en sus años de trabajo, destaca que el agua no era el único problema que atravesaba el sector primario, pero estas lluvias alivian. Explica que los costes de los abonos han subido, como también lo ha hecho la electricidad para los cabezales de riesgo, los gasóleos para las máquinas… “Todo se ha encarecido mucho”, recuerda. Pero ahora se afronta el otoño con mayor optimismo. 

Tanto agricultores como representantes de las instituciones públicas insisten en recordar que no se han producido daños personales ni graves daños en el paso de este temporal. El presidente del Cabildo de Gran Canaria remarcó esta semana que en los próximos años, al tratarse de un territorio insular, Canarias es más vulnerable al cambio climático. Se vivirán, dijo, momentos de mayores episodios de calima, subida del nivel del mar, precipitaciones, incendios… Para la prevención de estos últimos destacó la importancia de esta lluvia, que calificó como “la mejor noticia del año”. 

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