Las plantaciones de fresa de la provincia de Huelva comienzan a tener un desarrollo foliar importante, con prácticamente toda la superficie plantada bajo macrotúnel, por lo que el riesgo por oídio es alto con las condiciones actuales de elevada humedad relativa y temperaturas suaves en el interior de los túneles durante las horas centrales del día, según advierte la Red de Alerta e Información Fitosanitaria de Andalucía.

Las recientes lluvias también favorecen la dispersión de los conidios de Podosphaera aphanis, que puede colonizar todas las partes aéreas de las plantas: hojas, pecíolos, flores y frutos. La presión de esta enfermedad comienza a ser elevada en Huelva: esta semana se ha registrado en torno a un 9,7% de plantas con presencia de P. aphanis, porcentaje que aumenta respecto a la semana pasada y que se corresponde con un nivel de intensidad de ataque moderado. El porcentaje de parcelas con presencia de oídio en la provincia se sitúa en el 63%.

El Servicio de Sanidad Vegetal andaluz recomienda, en ausencia de lluvias, ventilar los túneles y microtúneles durante las horas centrales del día para reducir, en lo posible, el ambiente húmedo; e integrar otras medidas culturales para disminuir la incidencia de la enfermedad, como utilizar material vegetal sano, eliminar restos de cosecha infectados, disminuir la densidad de plantación y reducir al mínimo posible los abonados nitrogenados. En los tratamientos antioídio, aconseja alternar productos de familias químicas diferentes con el fin de minimizar el riesgo de aparición de resistencias.

Los síntomas foliares se presentan en forma de polvillo blanco en el envés (micelio del hongo), con una cierta decoloración en el haz; más tarde se pueden apreciar manchas púrpuras o rojizas en el haz. En ataques severos aparece el hongo, tanto en el haz como en el envés de la hoja. El abarquillamiento de las hojas es otro síntoma característico de esta micosis, y la enfermedad ocasiona una abundante defoliación.

Los pétalos florales pueden tomar una coloración rosada, aunque se puede confundir con aquella causada por el frío. El patógeno puede disminuir la producción de polen y ocasionar la deformación o muerte de flores.

El micelio del hongo recubre a los frutos enfermos y, cuando aún están verdes, impide la maduración normal de éstos. Si están maduros pierden brillo y tersura, adquieren mal sabor y lo deprecian comercialmente.