Patrocinado porPatrocinado por

La falta de grano de Ucrania se compensará con 600.000 hectáreas más de cultivos

Edurne Martínez MADRID

AGRICULTURA

José Manuel Casal

La UE permite a España utilizar la superficie en barbecho para pasto o siembra ante el déficit de cereal y girasol, lo que generará 300 millones de euros

17 abr 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

Los agricultores están sintiendo el alza de los precios de la energía y las materias primas directamente en sus cultivos, llegando a superar el 40 % de coste extra. Para aliviar este impacto derivado de la guerra, el Gobierno aprobó hace unas semanas un paquete de ayudas directas por valor de 169 millones. Pero el empujón no solo llegará en forma de transferencia económica, sino que se permitirá cultivar mucho más terreno de lo que se hacía hasta ahora para que se compense parte de la falta de cereal y girasol que se importaba de Ucrania.

De esta forma, las tierras en barbecho podrán utilizarse para pasto o cultivo durante esta campaña del 2022 e intentar conseguir así parte de estos alimentos que escasean desde el estallido de la guerra. La decisión tomada por la UE a iniciativa del Ministerio de Agricultura de España permitirá cultivar las 2,2 millones de hectáreas actualmente en barbecho y compensar las dificultades en la importación desde el gran granero de Europa que era Ucrania. En realidad serán aproximadamente 600.000 hectáreas, una superficie similar a la que ocupa todo el País Vasco, porque no es rentable para los agricultores sacar al cultivo toda su tierra en barbecho, por infértil o por necesidad de desplazamientos. Según el ministerio, el sector obtendrá unos 300 millones de euros de ganancias extra.

La PAC (política agraria común) obliga a dejar un 5% de la tierra de los propietarios de más de 10 hectáreas en barbecho como superficies de interés ecológico. Pero ahora se flexibiliza esta norma para compensar las consecuencias de la guerra. Para hacerse una idea, España consume unos 40 millones de toneladas de cereal al año, pero se siembran como mucho 28 millones, por lo que se importaban entre 10 y 15 millones de toneladas. De maíz, España compraba en Ucrania el 30 % de todo lo necesario para la elaboración de piensos para los animales. Además, importaba el 17% de todo el trigo consumido, el 30 % de los aceites vegetales o el 15 % de leguminosas en grano. Pero sin duda el producto que más se ha visto afectado por la guerra es el aceite de girasol, ya que Ucrania nos abastecía del 60 % de este producto, unas 500.000 toneladas.

Las pérdidas de Ucrania por no poder exportar ni la mitad de lo que vendían antes de la guerra suman ya más de 1.500 millones de dólares. Y hay estudios que apuntan a que si se acabara ahora mismo la guerra, el país habría perdido ya el 30 % de su cosecha anual, y tendrán que reservar lo poco que tengan para alimentar a su población. Así que esta flexibilización que permite Europa servirá para compensar las importaciones perdidas este año y los que vienen.

España podrá cultivar cereal y girasol en el 10 % del total de las 21,5 millones de hectáreas de superficie útil con los que cuenta el país. Ignacio López, director de Relaciones Internacionales de Asaja (Asociación Agraria de Jóvenes Agricultores), explica que como mucho serán 500.000 o 600.000 hectáreas las que se saquen al cultivo por el esfuerzo que supone. «Hay que tener en cuenta que parte de estas tierras en barbecho no son tan fértiles o hay que desplazarse para llegar a ellas y los gastos se disparan», asegura.

A plantar girasoles

Pero, ¿qué cultivarán los agricultores españoles? López indica que para el cereal «llegamos tarde por el ciclo biológico de España» y la necesidad de agua. Para el maíz, por ejemplo, se necesitan unos 7.000 litros de agua por hectárea, por lo que los agricultores estarían más interesados en cultivos más rentables, como el girasol. Y es que para este producto «aún estamos a tiempo» y cuentan con la ventaja de que los precios de venta están altos «y permanecerán así un tiempo» por la falta de aceite que venía de Ucrania. «Es un producto atractivo para los agricultores españoles porque compensaría los gastos de producción», además de requerir un menor consumo de fertilizantes, explica el representante de Asaja.

Por eso, desde Asaja piden que en momentos «excepcionales» como este se pueda ser «flexible» para afrontar la situación, abriendo la puerta a que esta normativa de sacar a cultivo tierras en barbecho se pueda extender. Algo que desde el Ministerio de Agricultura descartan por ahora porque forma parte del paquete de medidas excepcionales y urgentes aprobadas por la UE para hacer frente a los efectos de la guerra y tienen esa limitación en el tiempo. Así, las decisiones que adopte después la Comisión Europea dependerán de cómo evolucione el conflicto y de las condiciones de producción y de los mercados, argumentan fuentes del ministerio.

De cara al futuro,Asaja considera que hay que caminar hacia la autonomía, garantizando una capacidad mínima de autoabastecimiento alimentario, al igual que energético, donde con las renovables se podría ser menos dependiente de otros países como Argelia y, sobre todo, Rusia.

Se permite el maíz argentino, pero Europa vigilará con lupa

Para aliviar la falta de maíz proveniente de Ucrania, el Ministerio de Agricultura ha decidido _con el visto bueno de la Comisión Europea_ flexibilizar temporalmente los requisitos fitosanitarios (insecticidas) para la importación de este material de Argentina y Brasil. «Esta medida resuelve los problemas planteados por el sector importador y ofrece certidumbre y flexibilidad sin poner en riesgo la seguridad alimentaria», explican fuentes de Agricultura.

El sector puede comprar maíz destinado a la alimentación animal en los principales países productores del mundo y garantizar así el suministro a los ganaderos españoles. Y aunque Europa ha dado el visto bueno, vigilará de cerca el material importado para controlar los restos de plaguicidad. La Comisión espera que España le transmita una «evaluación de riesgos completa» de sus importaciones. Una portavoz comunitaria indicó la semana pasada que la seguridad alimentaria europea es «una prioridad» y que Bruselas está haciendo un «seguimiento de urgencia» con nuestro país.

Agricultura publicó el 14 de marzo la resolución que flexibiliza la entrada de estas materias primas después de un análisis de riesgos sobre diez productos fitosanitarios que concluyó que seis no presentaban problemas.

Los datos proporcionados por España a Bruselas indican que los piensos elaborados con el maíz comprado a Argentina y Brasil respetan los niveles máximos de plaguicidas de la UE, por lo que se sigue manteniendo el nivel de protección al consumidor exigido.