La climatología juega un papel fundamental en nuestra agricultura. Por eso, refranes como “en verano, ni paja ni grano” describen perfectamente la situación actual que vivimos en España. La situación hidrológica en nuestro país es preocupante pues, aunque todavía es pronto para hablar de sequía, las lluvias primaverales han sido menores de lo esperado y la capacidad de los embalses no llega al 60%, situándose por debajo de la media de los últimos años.
En el caso del olivar, las estimaciones de cosecha para la próxima campaña son buenas, pero la climatología puede influir en las pérdidas de aceite. La mayor parte de la superficie de secano no tardará en empezar a sufrir las consecuencias del estrés por altas temperaturas y por falta de agua. Por su parte, la superficie de riego también podrá verse afectada si las dotaciones de riego comienzan a flaquear a finales de verano, momento crítico para el olivar.
Cómo afecta el estrés hídrico en tu olivo
Para producir aceituna de mesa y aceite de oliva de alta calidad, debemos controlar y gestionar los efectos negativos que provoca el estrés hídrico en el olivar y el abiótico en los meses de verano. El estrés abiótico afecta al crecimiento y desarrollo que sufren las plantas por las altas temperaturas durante un tiempo prolongado. Asimismo, también hace referencia al estrés hídrico, es decir, los efectos de la falta de agua en los cultivos.
Durante el verano se inicia el proceso de fabricación de aceites dentro de la aceituna. Un etado conocido con el nombre de lipogénesis. En los meses de junio y/o julio comienza con el endurecimiento de hueso y se prolonga hasta el envero durante el mes de octubre, variando según zonas y variedades.
La fase más crítica es el cambio de color o envero ya que el cultivo se vuelve más vulnerable al estrés hídrico en el olivo, ralentizándose su metabolismo, pudiendo incluso afectar al crecimiento de la aceituna y su contenido en aceite. Si llegamos a controlar el estrés hídrico en nuestro olivar en este momento clave, podremos llegar a minimizar las consecuencias que tiene de forma directa sobre la producción de aceite y su calidad.
Stilo Hydro, la protección que el olivar necesita
Bioestimulantes diseñados para proteger y corregir el estrés hídrico y térmico de la planta como Stilo Hydro previenen la aparición de los efectos negativos del verano en el olivar, minimizando así las pérdidas en producción y calidad de la cosecha.
Una prueba de desarrollo elaborada en 2020 con el sistema de sensores Smart Irrigation de Bosch permitieron a analizar y monitorizar el estado de los olivos, detectando si existía este estrés en estos. Tras cinco meses de investigación, los resultados demostraron que un árbol sin tratamiento puede llegar a padecer un 61,2% de estrés, mientras que los tratados con Stilo Hydro solo sufrieron un 9,9%.
En la recolección, esto se tradujo en mejoras con respecto a otros cultivos que lo no usaron:
- Mayor peso medio/aceituna en todos los muestreos realizados.
- Mejora de la producción: +2192kg aceituna/h.
- Mayor rendimiento graso: +3 puntos.
- Aumento de la producción de aceite: +900 kg/ha
- Incremento del beneficio económico para el agricultor de mas de 2300 €/ha (restando el coste de tratamiento).
Stilo Hydro demostró así ser en una herramienta muy necesaria para el control y la gestión del estrés hídrico en el olivo que sobre todo padece en verano. Pero además, este año SIPCAM Ibera ha lanzado al mercado Stilo Hydro L: una nueva formulación líquida con mayor actividad y alta disponibilidad para la planta que, además, ofrece una mayor facilidad de manejo para el agricultor.