AGRICULTURA
Aragón guía la investigación contra las plagas de la alfalfa
El MAPA edita una serie de guías de gestión integrada de plagas en cultivos. La de la alfalfa cuenta con la participación de siete investigadores aragoneses.
Un total de siete investigadores de diversos centros y organizaciones de Aragón han participado en la elaboración de la Guía de Gestión Integrada de Plagas de la Alfalfa que edita el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA). La participación aragonesa supone más de un tercio del total, lo que es reflejo de la importancia de este tipo de cultivo en la Comunidad, donde es uno de los más relevantes, tanto en producción como en el ámbito de la investigación.
Desde la coordinación, llevada a cabo por Eva Núñez, investigadora del Centro de Investigación y Tecnología Agroalimentaria de Aragón (CITA), y por Elena Rodríguez, de la Oficina Comarcal Agroambiental de Cariñena, hasta la autoría de buena parte de las fichas que contiene, en las que han participado Eva Núñez, en las fichas de plagas de artrópodos; Vicente González, en las de enfermedades causadas por hongos; y Fernando Escriu, en las de virus. En la guía también han colaborado investigadores de otros organismos como autores o consultores, como Miguel Cambra, Pedro Zuriaga y Agustín Perdiguer, del Centro de Sanidad y Certificación del Gobierno de Aragón.
Mayor sostenibilidad
El objetivo de este tipo de guías es, además de dar a conocer el tipo de plagas que afectan a los cultivos, el de "implantar un manejo de los cultivos de la manera más sostenible posible, minimizando los insumos de fungicidas y solo utilizando los fitosanitarios autorizados en cada momento", explica Vicente González, investigador de la Unidad de Protección Vegetal del CITA.
Todo ello está orientado desde la perspectiva de la Gestión Integrada de Plagas, un enfoque que si bien permite el uso de fungicidas químicos, busca que se vayan priorizando otros sistemas de manejo y control, como la rotación de cultivos, el uso de semillas resistentes, la fertilización racional o el control biológico.
La Gestión Integrada de Plagas acarrea diversas ventajas, entre ellas el ahorro de insumos químicos, y en caso de ser utilizados, la garantía de que se usarán los que resulten menos tóxicos. "Así se evita, además, el agotamiento microbiológico del suelo", añade el investigador del Centro de Investigación y Tecnología Agroalimentaria. "No obstante -puntualiza-, desde las unidades de Protección Vegetal trabajamos en impulsar prácticas sostenibles de manejo, mantenimiento y planificación del paisaje agrícola".
Las guías están concebidas para dirigirse a agricultores, así como a técnicos de las Agrupaciones de Tratamientos Integrados en Agricultura (ATRIAs), a comercializadores y también al sector fitosanitario. "Antes de su publicación son consensuadas con todos los agentes del sector de todo el país", remarca González.
Alfalfa en Aragón
Artrópodos, hongos o algunos vertebrados como los topillos son los principales grupos de plagas que afectan a este tipo de cultivo, si bien, explica Vicente González, "en cada zona tienen sus propios problemas". En el caso de Aragón, son algunos artrópodos como el gusano verde y algunas enfermedades causadas por hongos las más frecuentes, como consecuencia de las condiciones de temperatura y humedad, esta última acentuada por las nieblas que se dan en el Valle del Ebro. "Muchas de ellas son endémicas y, en general, salvo algunas afecciones esporádicas, no requieren plantearse medidas drásticas como el levantamiento del cultivo".
Aragón representa el 60% de la superficie de cultivo de alfalfa en el conjunto del país. En 2018, casi dos tercios de la producción nacional, a la que Aragón aportó alrededor de 750.000 toneladas, se destinaron a la exportación, principalmente a Emiratos Árabes y a China.
